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EMILIO SÁNCHEZ VICARIO Y SERGIO CASAL ROZAN EL ORO EN LA PRIMERA MEDALLA OLÍMPICA PARA EL TENIS ESPAÑOL (Tenis)

RFET

(Miguel Ángel Caldera, Seúl a 1 de Octubre de 1988)
Los Dioses del Olímpo han tenido que tomar una difícil decisión este 1 de Octubre en la final olímpica de dobles masculinos. Las parejas estadounidense (Robert Seguso y Ken Flach, primeros cabezas de serie y campeones este año en Wimbledon)) y española (Emilio Sánchez y Sergio Casal, segundos favoritos y recientes campeones del US Open) lucharon durante casi cuatro horas por la medalla de oro, en un encuentro que supuso la reedición de la final de dobles de Wimbledon del año pasado. Ninguna de las dos parejas mereció quedarse sin la medalla del más noble metal, pero finalmente fueron los americanos los que lograron llevarse la más preciada de las preseas. El resultado de la final, 6-3, 6-4, 6-7, 6-7, 9-7 demuestra la igualdad total de una final que ya se ha hecho un hueco en la historia del tenis y de los Juegos Olímpicos.

La final comenzó con Seguso y Flach (actuales números 2 y 3 en el ranking mundial de dobles) rozando la perfección, no dando opciones a los españoles. Pero, espoleados desde la grada por la Reina Doña Sofía entre otros ilustres asistentes, Emilio y Sergio consiguieron forzar el tie break en los sets tercero y cuarto. En esos instantes en la cuerda floja (cualquier error significaba perder la final) demostraron estar al nivel de la mejor pareja del momento, imponiéndose en ambos desempates para forzar un decisivo quinto set, en el que se decidiría quien ostentaría durante los próximos cuatro años el título de "Campeón Olímpico".

El quinto set no desmereció a los cuatro anteriores, pues no pudo ser más emocionante a pesar que los estadounidense lograron una ventaja que se antojaba decisiva, tras romper el saque de Sergio y colocarse 5-3 a su favor. Todo parecía perdido pero, una vez más, los españoles recurrieron a la épica para igualar a 5, con posteriores igualadas a 6 y 7. Fue ese el momento en el que, tras casi cuatro horas de deliberación, los Dioses del Olimpo se decantaron por los estadounidenses, que rompieron el servicio de Emilio Sánchez Vicario para sentenciar la final con el saque de Robert Seguso.

Es lógica la momentánea decepción de los nuestros, que rozaron el oro, pero cuando pasen unos días se darán cuenta del enorme hito logrado. De hecho, los aficionados españoles al deporte tardarán muchos años en olvidar la magistral victoria en semifinales ante la pareja sueca, formada por una leyenda viva como es Stefan Edberg (ganador de 3 Grand Slams en categoría individual y 2 en la de dobles) y el actual número uno del ranking mundial de dobles, Anders Jarryd. Esta victoria por 6-4, 1-6, 6-3, 6-2 le otorgó al tenis español la primera, de las esperemos que muchas, medallas olímpicas.

Los aficionados al deporte español no pueden estar más orgullosos de estos "chicos de oro".

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